La tormenta tropical Pablo se convirtió este pasado domingo en el sexto huracán del océano atlántico este año, al superar los 120 km/h de viento sostenidos y ráfagas aún más altas, superando los 180 km/h según el Centro Nacional de Huracanes (NHC). Es el huracán detectado más al norte de dicho océano y también el más intenso desde que hay registros en 1894. Además, se ha intensificado a finales de octubre, a un mes de que termine la temporada ciclónica que comienza en mayo, algo insólito también.
La tormenta tropical se convirtió en un huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson de 1 a 5, con pequeñas dimensiones este pasado domingo. Se está moviendo hacia el norte-noreste a gran velocidad, cerca de 52 kilómetros por hora mientras se aleja de las islas Azores.
Los diferentes mapas del tiempo indican que este movimiento debería continuar, pero con una reducción en la velocidad de avance hacia el norte. Lo más destacado, es que por ahora no representa ninguna amenaza en tierra firme. Apenas nos podría alcanzar un débil frente de lluvias.
Pablo seguirá siendo un pequeño ciclón tropical hasta este próximo martes. Los vientos aún seguirán siendo fuertes y afectarán un área alrededor de unos 130 km. El núcleo de esta tormenta tropical se encuentra ahora mismo a unos 900 km al noroeste de las costas gallegas y las Azores, pero no se espera que toque tierra debido a que el anticiclón de las Azores lo desviará hacia el norte.
Los cálculos meteorológicos anuncian que tenderá a deshacerse en el mismo océano Atlántico a partir del miércoles a la altura de Irlanda.