Las cataratas Victoria son unos de los saltos de agua más espectaculares del mundo. La población local de Zambia y Zimbabwe las conoce desde hace miles de años y ahora podrían estar en peligro debido a la sequía, en parte asociada al cambio climático.
El río Zambesi, que alimenta las cataratas Victoria, siempre ha tenido unos ciclos muy pronunciados y su caudal varía en las diferentes épocas del año. En los últimos años, sin embargo, el caudal medio muestra un descenso constante y varios estudios alertan de que la tendencia puede deberse a los efectos de la crisis climática.
La fuerte sequía que lleva arrastrando los últimos meses esta región africana está provocando impactos muy importantes en la fauna y los hábitats naturales. Los turistas que supuestamente se acercan a visitar una zona de las más bellas de la Tierra no pueden disfrutar de este fenómeno natural, debido a la falta de agua. Las aguas del río Zambesi se situaron a finales de octubre en su nivel más bajo en los últimos 30 años y la cascada estaba casi seca.
Las cataratas Victoria se forman en uno de los saltos del río Zambesi y se encuentran en la frontera de Zambia y Zimbabue, concretamente en el distrito de Livingstone, en la Provincia del Sur de Zambia, en Mashonaland Occidental, Zimbabue. La zona del salto de agua tiene una anchura aproximada de 1,7 km y una altura máxima de 108 metros. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1989, con una superficie protegida de 8.780 ha.
David Livingstone, el misionero y explorador escocés, fue quien las bautizó en 1855 con el nombre de la reina Victoria, aunque son conocidas localmente como 'Mosi-oa-Tunya', el humo que truena. Pertenece a dos grandes espacios naturales protegidos: el Parque Nacional de Mosi-oa-Tunya en Zambia y el Parque Nacional de las Cataratas Victoria en Zimbabwe.