Las costas malagueñas y la ciudad de Málaga han amanecido esta jornada de viernes cubierta por una densa niebla de advección, que se forma por la diferencia de temperaturas entre el aire y el agua fresca del mar. Conocida localmente como ‘taró’ es un fenómeno frecuente al principio del verano, pero también ocurre en situaciones anticiclónicas en otoño e invierno como la actual.
La causa científica de la formación de esta niebla está en el agua del Mediterráneo, que se estima está en los 17º, y por encima cada madrugada de esta semana recorre una brisa floja y cálida, del sur- sureste. El viento gana mucha humedad, se enfría y llega un punto que se condensa en forma de niebla hacia el interior de la ciudad y la costa en general.
La sensación de fresco durante la mañana es acusada, a las 11 de la mañana la temperatura ambiental es inferior a los 14º y la humedad casi del 100%. El ‘taró’ afecta diversos puntos del casco histórico, la Victoria y el litoral oeste. Además, esta niebla está dificultando los aterrizajes en el aeropuerto y se desvían a Sevilla, Granada y Almería.
El fenómeno tenderá a disiparse cuando el sol esté más alto y suba la temperatura. Cuando la niebla se levante, se esperan cielos muy despejados y un ambiente muy agradable superior a los 20º.
Este martes pasado por la tarde las nieblas de advección marinas invadieron repentinamente como un tsunami el núcleo urbano de Benidorm y Villajoyosa. Su movimiento horizontal y su grosor notable impresionó a muchos vecinos, que registraron con su móvil como la niebla se tragaba la ciudad y barría los rascacielos de la primera línea de la costa.
Le costó disiparse y provocó imágenes espectaculares. Durante el miércoles y jueves se produjo el mismo fenómeno en la costa alicantina, Murcia y como sucede este viernes, en las costas este del mar de Alborán.